16 mar 2010

Eliŝka Junková

Nació el 16 de noviembre de 1900 como Alžběta Pospiŝilová en Olomouc (Moravia, Imperio Austro-Húngaro).
La herrería de su padre era la fuente de ingresos de la familia, en este caso numerosa, ya que Eliŝka era la sexta de ocho hermanos.

Apasionada de los idiomas, a los 16 años ya dominaba el alemán y se defendía con el inglés, su sueño era viajar por todo el mundo.
Al término de la 1ª Guerra Mundial es contratada por Vincenc Cenek Junek para trabajar en el recién abierto Banco de Olomouc, del que él era el responsable. Y más tarde, cuando va a abrir una sucursal en Brno, se la lleva. Es en esta ciudad donde Eliŝka empieza a estudiar en serio idiomas y donde los dos comienzan una relación formal.
Seis meses después se mudan a Praga y comienza los estudios de francés. Para continuarlos se va a vivir una temporada a Francia, separándose de Junek.
Eliŝka no abandona su sueño de viajar y cuando está a punto de embarcarse hacia la antigua Ceylán, unos problemas burocráticos hacen que de momento tenga que desistir. Así que se vuelve a París. Y las coincidencias de la vida hacen que durante el Salón del Automóvil se encuentre con Cenek y reediten su amor.
La pasión por los autos que ya sentía Vincenc se traslada en el marco de este Salón a Eliŝka, la cual, en su retorno a Praga (1922) empieza a tomar clases de conducir. Mientras tanto, Cenek gana su primera carrera: la escalada de Zbraslav-Jiloviste. Seguidamente se casan y comienzan a participar en carreras los dos juntos con un Bugatti, ejerciendo ella de mecánico de a bordo, para más tarde conducir ella misma el auto y ganar, en la categoría de turismos, la Lachotin-Tremosna. Ya tenía claro lo que quería hacer, competir al máximo nivel con Bugatti, de los que se había enamorado, también, profundamente.


En la Zbraslav-Jiloviste de 1925 consigue la victoria y se compran otro Bugatti para celebrarlo, así pueden competir los dos a la vez.
En 1926 comienza a competir por toda Europa, enfrentándose a los mejores pilotos. Es entonces cuando decide convertir su nombre al inglés, haciéndose llamar Elizabeth. Este mismo año consigue la segunda plaza en la Klausenpass (carrera de escalada) celebrada en Suiza. También participa en la Targa Florio y, aunque no consigue terminar, cuando iba en cuarta posición sufre un problema mecánico, se gana el respeto de los demás participantes. Este respeto se acrecenta en Nürburgring, donde se celebra el GP de Alemania, al conseguir la victoria en la categoría de 2 litros. Un éxito sin igual, que la convierte en la primera y única ganadora de un Gran Premio.

En 1927 participa en el Gran Premio de Damas que se disputa en París, confirmándose como la mujer más rápida del momento.


Convencida por el mismísimo Ettore Bugatti, cuando ya había decidido aparcar por un tiempo su auto para tener niños, participa una vez más en la Targa Florio (1928). La carrera comienza de forma inmejorable para Eliŝka, situada en la cuarta plaza, detrás de Louis Chiron. En la segunda vuelta ya se ha colocado en primera posición y la conserva hasta el comienzo de la última vuelta. Pero, al final, termina en quinta posición debido a una avería en el auto. Eso sí, delante de pilotos como Fagioli, Maseratti o Nuvolari.

Junto con su marido deciden participar en el GP de Alemania, nuevamente en Nürburgring, alternándose al volante. En uno de estos turnos, Vincenc se sale de la pista, muriendo en el acto.
Eliŝka decide no volver a competir nunca más y retoma otra de sus pasiones: viajar.
Ceylán es su destino y para llegar allí su gran amigo Ettore Bugatti le ofrece un auto y la posibilidad de trabajar para él, explorando las posibilidades de exportación de su marca.

20 años después, Eliŝka se vuelve a enamorar y se casa, pero se tiene que olvidar de los viajes de larga distancia, ya que las autoridades comunistas no se lo permiten. Tampoco ven con buenos ojos su estilo de vida, incluso quieren borrarla de la memoria colectiva, tachándola de subversiva.
Por suerte, puede ver con sus propios ojos la caída del telón de acero, recuperando su posición en la historia de las carreras de autos.

Su última aparición pública, ya delicada de salud y contra la opinión de su médico, fue la reunión de Bugatti en los Estados Unidos en 1989, cuando contaba con 91 años.

Eliŝka Junková muere en Praga el 5 de enero de 1994.

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